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Enseñamos lo que somos y utilizamos formas de ver las adolescencias condicionados por los medios de comunicación.
Consciente o inconscientemente utilizamos distintas formas de mirar y, en consecuencia, de enseñar:
•La miradas despistadas: Saben muy poco y no observan.
•Las miradas desconcertadas: No entienden a los adolescentes y no encuentran sentido a lo que hacen.
•Las miradas desde el conflicto, que es la más habitual y la que mejor vende en los medios de comunicación: ven el conflicto como si fuera la gran cuestión de las relaciones con los adolescentes.
•La miradas despistadas: Saben muy poco y no observan.
•Las miradas desconcertadas: No entienden a los adolescentes y no encuentran sentido a lo que hacen.
•Las miradas desde el conflicto, que es la más habitual y la que mejor vende en los medios de comunicación: ven el conflicto como si fuera la gran cuestión de las relaciones con los adolescentes.
En esta última forma de mirar a los adolescentes podemos distinguir:
•Las miradas angustiadas: Sólo ven problemas o futuros problemas y convierten al adolescente en un problema.
•Las miradas irritadas: Los adolescentes se creen autosuficientes y ponen en crisis la vida adulta generando pánico y miedos morales.
•Las miradas angustiadas: Sólo ven problemas o futuros problemas y convierten al adolescente en un problema.
•Las miradas irritadas: Los adolescentes se creen autosuficientes y ponen en crisis la vida adulta generando pánico y miedos morales.
Hay otras miradas (ver apartado de entrevistas). Podemos mirar las adolescencias sin convertirlo en un problema.
1 comentario:
Lo de las miradas es cierto, no obstante, yo lo veo desde el punto de vista de la responsabilidad.
¿es mi problema? porque si no lo es puedo mirar como quiera.
No obstante, si pusieran 300 Millones de euros sobre la mesa, y nos hicieran una apuesta a todo el profesora: si en cuatro años, o cinco, formais a estos despojos de la naturaleza, sin ayuda de los padres, sin motivación previa, con la poca ayuda de la administración, os lo repartis a 10 millones cada uno de los profesores, si abandonan más de un 10% los perdeis.
Entonces miraríamos a los alumnos como la oportunidad de nuestra vida, ¡su mejora es nuestro futuro!
Entonces veríamos la realidad tal y como es, pues cuanto es lo que vale una vida, y tenemos el futuro de 300 en nuestras manos.
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